En la primera sesión, exploraremos qué te ha traído a consulta y repasaremos los aspectos generales de tu vida. Al final, acordaremos objetivos y te explicaré el proceso terapéutico. 

No te preocupes si no tienes claro de qué hablar o si te dará tiempo a contarlo todo, te iré haciendo preguntas para que sea una conversación fluida que te ayude a definir lo que quieres conseguir.

Las sesiones tienen una duración de 1 hora.

No es necesario, pueden ser presenciales, online (a través de videollamada de Whatssap o Google Meet) o por teléfono. En caso de ser online, es recomendable utilizar auriculares, facilita la inmersión.

Al principio puede resultar frio tener las sesiones tras una pantalla, pero una vez pasados los primeros minutos se olvida esa sensación y es igual de eficaz, añadiendo la ventaja de poder hacerlo desde cualquier parte.

Está comprobado que, en un proceso terapéutico, no es tan relevante la metodología que se use como la relación entre las personas. En mi consulta me aseguraré de poner el foco en la relación, asegurándome de que ambas partes nos entendamos, saber qué es lo que quieres y cuáles están siendo tus dificultades.

Puede que durante la semana no haya ocurrido nada que consideres necesario hablar. Ante eso, no hace falta forzar un tema. Simplemente puedes traer algo de sesiones anteriores para recuperar algo que no se haya solucionado aún o quieras seguir profundizando.

Esto nunca tiene una respuesta fija, porque cada persona es diferente y tiene unos ritmos distintos. Pero hay una pista para saberlo: cuanto mayor sea tu tolerancia al malestar menos tiempo necesitarás (el malestar que sientes hoy es tu línea base).

Para poder salir del punto en el que te encuentras necesitarás hacer ciertos cambios, y es la dificultad que tengas para implementarlos el tiempo que necesitarás. Me aseguraré de entender tus dificultades para adaptarme a ti y ayudarte en el proceso.