¿De qué depende el éxito de la terapia?

En primer lugar, habría que preguntarse ¿qué significa para ti el éxito? A veces, tener unas expectativas demasiado elevadas pueden entorpecer tu desarrollo, porque nunca será suficiente. Para mí, una terapia exitosa es aquella que la persona considera que le ha sido de utilidad. Una vez matizado este punto, sí que existen algunos detalles que favorecen el proceso:

Para que la terapia funcione, es fundamental que exista un clima de confianza mutua, donde no te sientas juzgado/a, sino acompañado/a, y el terapeuta confíe en tu capacidad de desarrollarte y evolucionar.
Otros elementos necesarios para el éxito son la implicación en el proceso, mostrándote de forma natural y cumpliendo las indicaciones propuestas; la motivación para el cambio, confiando en la propia capacidad para conseguirlo; y el nivel de tolerancia, ya que habrá situaciones incómodas, verdades duras de aceptar y momentos de frustración cuando no alcanzas lo que deseas a la velocidad de tus expectativas.

¿Cuál es el mejor enfoque terapéutico?

Existen multitud de enfoques diferentes: psicoanalista, conductista, cognitivo-conductual, terapia de aceptación y comprosimo, gestalt, terapia corporal integrativa, terapia racional emotiva, transpersonal, etc. Todos ellos tienen herramientas útiles, no obstante, algunos tienen mayor respaldo que otros, porque han sido puestos a prueba y se ha demostrado su validez y eficacia. El estilo que tiene mayor consistencia empírica es la terapia cognitivo conductual (es el principal estilo que yo utilizo), lo cual no significa que sea el mejor, sino que ha sido el más estudiado.

No existe una terapia perfecta válida para todo el mundo, además, el buen desarrollo de la misma va a depender más del vínculo que establezcas con tu terapeuta que del estilo que utilice. Por eso, si en las primeras sesiones sientes que no conectas con tu terapeuta, lo mejor es cambiar. ¡Y está bien! No es ningún fracaso que no te hayas sentido a gusto, o que la relación no fluya, no te culpes por ello, o pienses que nunca vas a encontrar a alguien que pueda ayudarte, simplemente date la oportunidad de buscar a otra persona que cuadre mejor contigo. Ánimo, el camino comienza dando el primer paso.

 

¿Cómo sacar el máximo provecho de las sesiones?

Cuando sabes el tema que quieres tratar, es más fácil que la conversación fluya, por eso, un primer consejo sería ir con los “titulares” pensados del tema o temas que te preocupen. Durante la sesión, busca hablar en 1ª persona, eres tú quien está trabajándose, expresar lo que hacen los demás no te va a ayudar, no podemos cambiar a los demás, explica mejor cómo eso que hacen te afecta a ti.

Es muy útil llevar una libreta o algún sitio donde tomar nota, durante la consulta escucharás pautas, consejos y explicaciones que en el momento te puedes acordar, pero si no lo apuntas es posible que olvides cosas: tener por escrito notas sobre la sesión te puede servir como recordatorio, te valdrá como registro de tu progreso al ver la evolución de los temas tratados y podrá ayudarte a integrar lo aprendido al leer y reflexionar sobre tus anotaciones.
Por último, en algunas sesiones recibirás indicaciones o ejercicios: implicarte en ello va a acelerar tu proceso y hacer más efectiva la terapia. Es como la rehabilitación tras una lesión: si no haces nada puede que te recuperes igualmente, con ejercicios de rehabilitación te curarás más rápido. No obstante, será tu decisión si quieres hacerlos por tu cuenta o si prefieres dedicar alguna sesión a realizarlos.

¿Y si entre una sesión y otra no me ha pasado nada?

Puede que durante la semana no haya ocurrido nada que consideres necesario hablar, ante eso no hace falta forzar un tema, simplemente puedes utilizar tus anotaciones para recuperar algo que no se haya solucionado aún o quieras seguir profundizando, o simplemente dejarte sentir el cuerpo y ver qué emoción surge, sacando la racionalización del juego y permitiendo que las emociones afloren: el anclaje en la experiencia corporal nos lleva a la consciencia de las emociones, y desde la emoción se integra mejor cualquier aprendizaje.

Las sesiones tienen que ser presenciales?

No es necesario, pueden ser presenciales, online (a través de videollamada de Whatssap o Google Meet) o por teléfono. En caso de no ser presencial, es recomendable utilizar auriculares, facilita la inmersión.